domingo, 10 de noviembre de 2013

FABRICAS RECUPERADAS


En los ultimos años surgieron Fabricas Recuperadas:

La crisis global fue el golpe de gracia para muchas pequeñas y medianas empresas. Sus dueños bajaron las persianas, pero los trabajadores se asociaron en cooperativas para mantener la fuente de trabajo. En los últimos 6 meses, 10 nuevas cooperativas de fábricas recuperadas se matricularon en el Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (Inanes), que depende del Ministerio de Desarrollo Social. Desde abril, otras 33 fábricas en conflicto dan sus primeros pasos en la autogestión, asesoradas por las ONG Movimiento Nacional de Fábricas Recuperadas (MNFR) y La Base
Esta generación de cooperativas de trabajo enfrenta nuevas dificultades para poner en marcha la producción e insertarse en el mercado. "Se les pide más requisitos para arrancar; hay más trabas para las expropiaciones y los dueños están dispuestos a negociar otras salidas con los trabajadores. Antes no creían que las cooperativas podían ser proyectos de largo plazo", resumió Jaime Galeano, de la Federación Argentina de Cooperativas de Trabajadores Autogestionados (Facta).
El caso paradigmático es el de la cooperativa Trabajadores de Arrufat Vivise (ex Fortunato Arrufat S.A.) que, ocupada por 28 trabajadores desde enero, está parada por falta de luz. "Para poner un medidor Edesur nos pedía el número de CUIT, entre otras cosas. El trámite en la AFIP se demoró 5 meses; a las cooperativas del 2002 les tomaba 24 horas", dice el operario Hugo Vilca, linterna en mano.
Mientras tanto, trabajan el chocolate a mano y a la luz del día, en un patio interno del edificio. Para Pascuas, la temporada fuerte de trabajo de Arrufat, alquilaron un generador y compraron materia prima con un préstamo de $ 20.000 de la cooperativa de trabajo del ex Hotel Bauen y de La Base. En una semana de trabajo pusieron a la venta 1500 kilos de chocolate y, 15 días después, cancelaron la deuda. Con energía eléctrica, podrían producir 2500 kilos de chocolate diarios.
El pase de la propiedad a manos de los trabajadores no es sencillo. Hasta la fecha, la Federación de Cooperativas de Trabajo de la República Argentina (Fecootra) calcula que las cooperativas que lograron la cesión de activos, más allá de la gestión, no superan las 50 en todo el país y son sólo 10 de las 120 asociadas al MNFR.
"Antes el Gobierno se podía hacer cargo de las expropiaciones porque las fábricas no valían nada, los propietarios habían desaparecido y se creía que las cooperativas no iban a sobrevivir", explica el presidente de La Base, Brendan Martins, que asesora y financia a las fábricas recuperadas desde 2003.
Los trabajadores de la cooperativa Gráfica Loria (ex Indugraf), ocupada desde diciembre, pueden hablar de ese cambio. Negocian con los dueños y el sindicato una salida intermedia y menos drástica que la toma: un comodato por 180 días. "No vamos a aceptar esa propuesta porque es pan para hoy y hambre para mañana. No nos garantiza el puesto de trabajo después del vencimiento del contrato", dice Andrea Rossi, una trabajadora de la gráfica. Ella y otros 39 operarios alternan las guardias de 24 horas para evitar las órdenes de desalojo, con el trabajo en las imprentas, que es escaso.
"A excepción de los 10.000 ejemplares de la revista del sindicato, que imprimimos en 3 días y cada dos meses, no hacemos mucho. Cobramos entre $ 100 y $ 200 semanales, cuando hay para repartir", admite Rossi.
A pesar de los contratiempos, algunas cooperativas de la nueva generación aprovecharon la experiencia de sus antecesoras y arrancaron rápidamente su producción. La fábrica de envases plásticos que administra hace 4 meses la cooperativa Esperanza del Plata (ex Envases del Plata) contactó a antiguos clientes, sumó otros ocho nuevos y triplicó en mayo la producción inicial de febrero. "Vamos a capacitar a algunos operarios para que reemplacen a los vendedores, que se fueron después de que recuperamos la planta", dijo el operario Roberto Páez.
El objetivo de la cooperativa es alcanzar el nivel de producción de 2008, de 25 toneladas de envases al mes, y superar el excedente de 200 pesos semanales que se reparten los trabajadores..


María Agustina Rato LA NACION

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